miércoles, 17 de noviembre de 2010

El grupo de los G20


Seúl ha sido la sede para reactivar la iniciativa frente a la crisis. Los países con las economías más desarrolladas celebran su quinta cumbre en el máximo foro de debate económico. La economía mundial necesita rápidas soluciones y grandes acuerdos. Los participantes en este debate macroeconómico tienen como principal problema la guerra de divisas y el proteccionismo.
El tema central del G-20 ha girado en torno a la construcción de un modelo viable para el desarrollo equilibrado y sostenible de la economía mundial. La guerra de divisas mantiene una especial preocupación en la actualidad. Hay otros asuntos que han convivido en la agenda de los mandatarios, como son: la búsqueda de solución a los peligros del proteccionismo y la necesidad de crear empleo. También, se han revisado los anteriores acuerdos sobre el marco de cooperación internacional y con prioridad, la reforma sobre el sistema financiero global. Todo concretado en acciones para que el resultado sea más explícito en la sociedad. Éstos son temas abiertos en otras reuniones y que se mantienen en debate.
En esta ocasión, Corea del Sur ha estado encargada de consolidar una red global de seguridad financiera y promocionar las propuestas para que se difundan a nivel mundial, tanto a países desarrollados como subdesarrollados. Ambos asuntos propuestos por la anfitriona de la cumbre.
Los países participantes se han comprometido a supervisar sus políticas económicas y reducir sus desequilibrios, aunque aún no tienen muy claro qué indicadores analizar. Por el momento se baraja una amplia carta de variables macroeconómicas como: Balanza por cuenta corriente, competitividad, crecimiento del crédito o precio de los activos, fundamentalmente inmobiliarios. Una de las soluciones más importantes es la idea de controlar las divisas, para que reflejen mejor el precio del mercado que fijará los tipos de cambio. Un acuerdo muy similar al que se llegó en la reunión previa entre Barack Obama y el presidente chino, Hu Jintao, para repartir de forma más equilibrada la cuota de poder en el FMI, que hace que los gigantes económicos, China y EE.UU., se contengan. Otro de los acuerdos importantes afecta al sistema bancario. La banca deberá aumentar la solidez de su capital y llevar un control sobre las entidades más poderosas para evitar una desestabilización del sistema financiero.
El resto de temas abiertos, como el cambio climático, el comercio internacional o la producción de minerales, imprescindibles para las energías renovables, conocidos como “tierras raras”, no ha ocupado gran tiempo de discusión, pasando una vez más a formar parte de la agenda para la próxima cumbre, cuando finalice la presidencia rotatoria de Francia.
El lugar escogido, Corea del Sur, es la primera nación que no forma parte de este grupo. Los miembros del G-20 consideran de gran importancia la participación en las cumbres de países que no cuentan con las mejores economías mundiales porque también constituyen un importante motor de crecimiento. En concreto, Corea forma parte del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE. De este modo puede hacer una gran aportación al desarrollo de la economía global. También hay que considerar, el gran potencial económico y la fortaleza en el crecimiento que ha tenido y tiene esta nación.
Antes de que comenzaran las reuniones, varios grupos sindicalistas y estudiantiles surcoreanos organizaron una concentración masiva. Su mensaje era que “el pueblo no pague por la crisis”. En la manifestación también había participantes activistas de Estados Unidos, Europa, Japón, África y Latinoamérica. La Policía se enfrentó a la multitud y el choque no ha provocado consecuencias trágicas ni hay detenidos. Por lo general, sus gritos son una llamada de atención para agilizar las propuestas que se ponen sobre la mesa de la cumbre. Algunas ONG internacionales se muestran optimistas por las soluciones del debate en Seúl.
El documento final de esta reunión, se expresa con claridad que algunos países “están experimentando un fuerte crecimiento, mientras que otros afrontan altos niveles de desempleo y una recuperación débil”, por lo que sus soluciones son acciones descoordinadas.

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